Cuando Enrique Vila-Matas visitó Perú en 2010, promocionando su novela Dublinesca, el auditorio del Centro Cultural de España se llenó completamente. Se trataba de la admiración a un escritor que había arriesgado, como ninguno de su generación, en las formas narrativas, que había cimentado una voz original, inconfundible.  

Este difícil trabajo que el catalán ha labrado con libros como Bartleby y compañía, El mal de Montano y Doctor Pasavento, ha sido reconocido por el jurado del Premio Formentor de las Letras 2014. Así, Vila-Matas es el nuevo ganador de este galardón literario como lo fueran anteriormente Carlos Fuentes (20111) o Javier Marías (2013).

Entre los méritos destacados por el jurado —integrado por Basilio Baltasar, Cristina Fernández Cubas, Eduardo Lago, Aurelio Major e Ignacio Vidal-Folc— encontramos el siguiente: "la elegancia literaria con que Vila-Matas ha renovado los horizontes de la novela, dándole un ímpetu creativo que la ha situado de nuevo como gran crisol de las influencias, las voces e inspiraciones de nuestra cultura".

Como un ejemplo podemos señalar cómo su narración se mezcla con la crónica, la poesía y el discurso histórico. El material con que este autor trabajaba inmediatamente se "vilamatiza", esto ocurre en Historia breve de la literatura portátil, donde asistimos a una indefinición de géneros literarios; lo mismo podría decirse de París no se acaba nunca que mezcla lo autobiográfico con la ficción. 

El autor recibió la noticia mientras promocionaba en París su última publicación, Kassel no invita a la lógica. El Formentor será entregado el 30 de agosto en Mallorca y está dotado con 50.000 euros, sumándose a la larga lista de premios de Vila-Matas, entre los que figuran el Rómulo Gallegos, el de la Real Academia Española o el Herralde de Novela.