Ocho sacerdotes y religiosos asesinados por Sendero Luminoso, durante el período de violencia política que padeció nuestra patria entre 1980 al 2000, fueron reconocidos en ceremonia de colocación de nombres en el Memorial El Ojo que Llora.

La ceremonia fue convocada por Monseñor Luis Bambaren Gastelumendi, Obispo Emérito de la diócesis de Chimbote, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos del Perú (CRP), la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) y la Asociación Caminos de la Memoria.

El pasado 3 de febrero de 2015 el Perú recibió la grata noticia proveniente del Vaticano, de la beatificación de los tres religiosos extranjeros Zbigniew Strzalkowski, Miguel Tomaszek (polacos) y Alessandro Dordi (italiano) asesinados en 1991.

La memoria de estos tres primeros mártires del Perú se ha mantenido viva, grabada en una piedra de casos colectivos, pero con ocasión de su beatificación se colocará una piedra individual con el nombre de cada sacerdote.

En esta fecha también se recordó a las hermanas Irene Mc Cormack (australiana), María Agustina Rivas López y a los sacerdotes Víctor Acuña Cárdenas, Teodoro Santos Mejía y Reynaldo Sáenz (peruanos) Víctor Acuña Cárdenas, capellán de la Policia. El capellán fue asesinado el 3 de diciembre de 1987, mientras celebraba misa en la parroquia Magdalena, de la ciudad de Huamanga, Ayacucho. Sus familiares testimoniaron en la Audiencia Pública del 9 de abril de 2002 de la CVR. 

El 16 de junio del 1989, una columna subversiva que ingresó al distrito de Huaripampa, provincia de Jauja (Junín), dio muerte al sacerdote Teodoro Santos Mejía, párroco de la iglesia de dicha localidad.

En 1990, se registraron tres crímenes más contra miembros de la Iglesia Católica:

El 7 de febrero, Reynaldo Sáenz, párroco del distrito de Izcuchaca departamento de Huancavelica, fue interceptado y acribillado por cuatro subversivos cuando se dirigía a la ciudad de Huancayo.

El 27 de septiembre, la religiosa de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, Hna. Agustina Rivas López “Aguchita”, fue asesinada a la edad de 70 años en la Misión de la Florida - Chanchamayo, (Junín).

Pero 1991 fue el año en que se registraron la mayor cantidad de atentados mortales contra miembros de la iglesia. Miembros de SL asesinaron a cinco religiosos de nacionalidad extranjera, los mismos que trabajaban con la población más necesitada en áreas marginales o rurales.

El 21 de mayo 1991 fue asesinada la madre Irene Mc Cormack, de nacionalidad australiana, y perteneciente a la Orden Hermanas de San José del Sagrado Corazón a la edad de 52 años. Su cuerpo sin vida fue hallado en un paraje ubicado a 40 kilómetros de la provincia de Tarma, en Huasahuasi, departamento de Junín.

Los polacos P. Miguel Tomaszek y P. Zbigniew Strzalkowski de la Orden de los Hermanos Franciscanos Menores Conventuales, fueron asesinados el 09/08/1991, en Pariacoto, Santa (Ancash) a la edad de 30 y 33 años respectivamente. El italiano P. Alessandro Dordi de la Comunidad Misionera Paradiso de Bergamo, Italia, fue ejecutado el 25 de Agosto de 1991 en El Santa, Ancash, cuando tenía 60 años.

El mensaje de vida que nos dejan estos sacerdotes, hermanos y hermanas es enorme. A pesar de las varias amenazas recibidas y de haber tenido la posibilidad de abandonar el Perú, para mantener sus vidas a salvo, decidieron quedarse al lado de las comunidades por las que trabajaban. La ceremonia busca reconocer este ejemplo de vida, de compromiso y servicio hacia la población, un valor que buscamos llegue sobre todo a las nuevas generaciones.