Entre 1996 y el 2012, los mercados tradicionales aumentaron de 90 mil a 140 mil. Sin embargo, siempre mantuvieron problemas de gestión, infraestructura y sanidad. A pesar de ello, los usuarios limeños siguen prefiriéndolos. Un estudio de la empresa de investigación de mercados CCR indicó hace un año que el 90% de los compradores en Lima se encuentra satisfecho con el mercado al que asisten.

Entidades como el BID, APEGA, FOMIN e INDECOPI, promueven campañas que buscan darles un cambio radical. Es así como nace Casera, Mercados2021, entre otros, programas que buscan capacitar a los vendedores de alimentos perecibles, para mejorar no solo la atención al cliente, sino las formas en que se presentan sus productos. Pequeños detalles como la colocación de tablitas de precios, balanzas a la vista del público, ofertas del día y hasta titular los puestos con los nombres de sus vendedores, son cosas que de a pocos van logrando un gran cambio.

Todo esto, además, busca concientizar sobre el duro trabajo que llevan estos trabajadores que no solo se dedican al cuidado de su puestos, sino también a atender a sus familias. Jornadas maratónicas que nunca acaban, pues el cuidado del hogar es un trabajo de horario completo. Y las ventas en el mercado también.

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